Pocos sitios hay en el mundo para presenciar un atardecer como el Torcal de Antequera.
Un paisaje karstico del periodo Jurásico, pulido por el agua del mar y emergido hace millones de años.
A mí, que me flipan los fósiles y los minerales (tengo una buena colección) es un lujazo poder visitar un lugar así, que además es único en el mundo.
Allí me fuí con Clara y Ravel, una pareja de brasileños que llevan ya un tiempo viviendo en España y están locos por casarse y recorrer el mundo juntos.
Nada más llegar, una densa niebla apenas nos dejaba caminar, oscureciendo el paisaje y dándole ese efecto fantasmagórico que tiene.
Es, sin duda, el mejor lugar para perderse, literalmente. Y por eso, hay que ir con cuidado. Pero aún así, es mágico.
Ellos, que nunca habían vivido una experiencia así, disfrutaron muchísimo y están deseando repetir.
Sin duda algo único: un atardecer en el Torcal de Antequera.
¡Que ganas de volver! ¡Y que locura de boda nos esperaaaaa!